Un día pasó un perro sabio junto a una reunión de gatos.
Acercose más. y como los viera muy ocupados y sin notar su presencia, se detuvo.
Entonces surgió de entre medio de la reunión un enorme y solemne gato, quien contemplando al resto dijo: "Hermanos, orad y cuando hayáis orado una y otra vez, sin dudar de nada, verdaderamente entonces lloverán ratones."
Al oír esto, el perro rió en su corazón y alejose de ellos murmurando: "Oh ciegos y tontos gatos, ¿no ha sido escrito acaso, y no lo sé yo, y mis padres antes que yo, que aquello que llueve por oración y fe y súplicas no son ratones sino huesos?"
Extraído de la obra de Khalil Gribran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario